Opinión: la grave acusación de “hdp” y las heridas que provoca al alma
Escribe: Jorge Matheus. Nunca ha sido una actitud personal tener veleidades religiosas o de superioridad, pero esta vez debo escribir porque sentí que dañaban una historia de vida apasionante de la que salieron dos hijos que la recuerdan orgullosos

En uno de los comentarios que volcaron en el sitio de Grupo Periodístico Trenque Lauquen, un inadaptado social me acusa de “hdp” y alguna otra consideración. Jamás haría referencia a semejante calificación si no se tratara de que mansillan el nombre de una MUJER EXCEPCIONAL bastante diferente a la que – posiblemente – él banque políticamente.
PEPA, a quienes muchos conocieron y son mis amigos virtuales, nunca pidió nada a cambio. Tampoco insultó o solicitó a quienes no estaban de acuerdo con ella que “pusiera los huevos”. Por el contrario, debatía pero con la grandeza de los seres extraordinarios, que los hay y muchos.
PEPA, fue colaboradora y presidió instituciones de bien público con una pasión hasta desenfrenada.
PEPA, jamás le quedó debiendo a nadie. Solo contrajo deudas con ella misma. Podría haber, no lo hizo, caminar por las alfombras del Poder. Rechazó algunas propuestas. Prefirió estar en el llano y gritar con toda la voz que la distinguía que solo conocía las alfombras de la HONESTIDAD.
Nunca ha sido una actitud personal tener veleidades religiosas o de superioridad, pero esta vez debo escribir porque sentí que dañaban una historia de vida apasionante de la que salieron dos hijos que la recordamos orgullosos: “Perdona…no saben lo que hacen”.